Un día cualquiera del pasado reciente, titulé este blog con la palabra "retos". Ya ni me acuerdo de lo que escribí entonces, pero sé lo que quiero decir hoy.
No existe vida sin objetivos. Unos los tenemos más simples, otros más complicados. Para algunos de nosotros, saltar el pequeño charco sin mojarnos, es una gran hazaña, otros pretenden cruzar el océano y salir secos. Nunca lo consiguen, y viven una existencia llena de frustaciones.
En mi vida, es fundamental alcanzar metas que me hagan sentir bien. No para halardear, ni para exhibirme. Sólo pequeñas cosas que me satisfagan a mí, y ayuden a los demás.
No obstante, existen esos retos que, de tanto intentar conseguirlos y no poder, se convierten en tus rivales, más que en un objetivo a batir. Por ejemplo, no he podido llegar a nadar. Me bloqueo y es más fuerte que yo. Pero estoy ahí. La próxima vez que visite una piscina, será para llevarlo a cabo.
De todas formas, lo de nadar no me ha impedido llevar una existencia absolutamente normal. Otras cosas, sí que han influído en el transcurrir de mi tiempo. Hay algo contra lo que lucho continuamente, y no puedo ni acercarme a su consecución. Y es bajar el nivel de mi sensibilidad. Endurecerme un poquito para que las actitudes de las personas que, o bien son ásperas y controvertidas. O son ignorantes y desconocen el daño que pueden llegar a realizar, o, sencillamente son egoístas y no pueden contemplar el mundo más que desde el "yo", no me perjudiquen. Claro, que, por otro lado, no creo que pudiese vivir esas vidas. Porque dejaría de ser quien soy.
Por lo tanto, me he propuesto otro objetivo. Y éste lo voy a llevar a cabo. No voy a cambiar un ápice de mi forma de ser. Estoy encantada de ser como soy. Llorona, romántica, hipersensible, tímida encubierta. Extrovertida, optimista, observadora, luchadora, charlatana, defensora de las causas perdidas. Preocupada, protectora, amable, generosa. Pero también, odiosa cuando me hacen daño, callada cuando no sé que decir, prudente si desconozco la situación... Alguién me ha tildado de "dulce" también. No sé... A mí me cuesta ser desagradable, y al que no le guste... que se divierta comtemplando como trato de colocar mis sentimientos y pensamientos en su sitio, pero no los voy a omitir. ¿Eres una de esas personas?... Lo siento por ti.
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