miércoles, 29 de septiembre de 2010

Yo soy deísta...

Por fin he descubierto la palabra que me identifica a nivel de creencias religiosas, y no es otra que el DEÍSMO.
Precisamente soy deísta porque no practico ninguna religión, aunque creo en mi propio Dios(que como he explicado en otras ocasiones, está representado por el rostro de Morgan Freeman).
Estoy totalmente de acuerdo en que el mayor don divino no es la religión, sino la habilidad de razonar, actitud que, en ocasiones, nos falla a todos.
Este lugar tan maravilloso e inmenso, que es el Universo, solo pudo haber sido creado por un Dios, que ha dejado después que la naturaleza actúe a su antojo.
A mi entender, los libros sagrados,no son sino obras escritas por hombres, y,cuando digo hombres, me refiero al sexo masculino. No hay más que leer algunos pasajes de la Biblia para comprobarlo. Pero esos libros adquirieron el poder de manipular muchas mentes, gracias a sus defensores.
Siempre procuro actuar según mi propia conciencia. Las pautas de las autoridades religiosas, sólo son válidas para mí si encajan en los dictados de mi pepito grillo.
El Estado ideal para un país, es aquel que le mantiene absolutamente separado de la religión, sea cual fuere ésta. Así lo creo yo.
Me considero absolutamente espiritual, y procuro obrar de forma racional, pero en ningún caso religiosa.
Tal vez hay un precepto de esta filosofía, que en ocasiones me salto. Y es que debería rechazar de plano los milagros y las profecías. Quizás lo segundo... Pero, quién no espera de vez en cuando un milagrito...
En definitiva, soy deísta porque tengo mi propio Dios, y obro según mi conciencia que, no funciona mal del todo. Procuro cultivar mi vida espiritual y aprendo mucho de libros de todo tipo que no pretenden apacentar rebaños. Intento sentirme bien conmigo misma y transmitírselo a los demás... Sólo soy Maria, también soy deísta.

domingo, 26 de septiembre de 2010

O clube das M. S.

É posible que a entrada de hoxe poida ser tildada de simpática. Seguro que non falta o humor. Deste xeito, con risas, naceu o sábado pola noite este clube. Non é complicado adiviñar o significado das súas siglas. Pero para aqueles que non o consigan, despéxolle eu a incógnita. M.S. quere dicir: mulleres separadas.
Todo comezou nunha cea desas que facemos de vez en cando. A que escribe, que está empeñada en que as sesións de risoterapia pódense ter gratis, decidiu crear este clube(un tanto imaxinario), a carón da recente separación dunha destas amigas. Porque de seis que compartíamos cea, só dúas permanecen felizmente casadas.
Algunhas de nós, rompemos coas nosas parellas por agotamento, soidade, en fin..., outras foron deixadas polos respectivos, e algunha ata sofre episodios de ameazas.
Todas temos en común que somos mulleres con medio camiño andado e con outro tanto por andar. Nalgún caso coma o meu, tivemos que botarlle valor para tomar a decisión, porque as condicións económicas non nos favorecen en absoluto. Outras téñeno máis sinxelo nese terreo. Unhas din que se acollerán ao celibato perpetuo, outras queren aterrar no mercado pisando forte, e, según elas, a que escribe, basándose na súa condición de romántica empedernida, seguirá crendo no amor. Porque eu creo que o amor existe, aínda que as veces teñas que esperar para atopalo. Seguro que elas tamén.
Claro que o noso recen constituído clube, ten cabida para todo tipo de persoas. De feito, dúas das nosas colegas están casadas e felices. ¡Oxalá lles dure para sempre!
Pero a función dos nosos encontros, non é outra ca botar unhas risas, cear un pouco máis da conta, tomar dous ou tres cafés en toda a noite, cantar no Karaoke sen ter moita idea, e estragar as coreografías que aos intérpretes reais lles costou tanto acadar. Chamar a atención nas cafetarías polas nosas risas imparables. Inventar historias e desterrar mitos...
Mais, a miña maior satisfacción, é que a última colega que se sumou a esta condición
social, pasou unha boa noite. Porque ser deste clube, non é agradable... Ou sí. Xa me estou esquecendo dos meus comezos nesta categoría. Debe ser que non me vai tan mal...

viernes, 24 de septiembre de 2010

O pais das liberdades...Ou dos rencores?

Outra vez mais voltamos a escoitar na prensa o anuncio dunha sentencia de morte nos Estados Unidos. Esta vez era unha muller, e o feito tivo lugar en California.
Supostamente, isto acontece nos país das liberdades. Paradóxico. Hai miles de posibilidades para facerte con un arma, está ben visto que os meniños se acheguen a elas a través dos seus maiores, poden deter a un menor en pleno colexio por pintar nunha mesa... Pero seguen practicando aquilo de "Ollo por ollo, dente por dente".
A fin de contas, admitir a pena de morte coma o mellor medio para saldar contas con un asasino, non fai máis ca incrementar o número deles. Planean unha morte coa parafernalia dunha festa. Recordemos que os reos teñen unha cea especial, poden ver a televisión, están expostos as miradas de rencor dos familiares da ou das víctimas, dos periodistas, dos encargados da organización do luctuoso evento... Teñen certos privilexios... a lo mellor, para lavar conciencias.
Por suposto que hai que pagar os crimes. Pero para iso están as cadeas. E senón, que lle digan os homes que protagonizan un anuncio na televisión facendo o Camiño de Santiago como se sentiron cando estiveron a carón da morte, sen ser culpables do delito que se lles atribuía.
Para min, a regla é que uns homes con actitudes inhumanas, castigan privando da vida a outros homes con actitudes inhumanas, que, a súa vez, mataron a outros. Terrible círculo vicioso. Non pode ser nada bo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Y vuelve a verter ocurrencias desafortunadas...

De nuevo la señora Ana Botella, saca a relucir su vena solidaria, para reconocer que la limpieza de las calles del centro de Madrid se ve dificultada por la presencia de indigentes, grafiteros y celebraciones del botellón. A mi, me molesta especialmente que, hable de los "sin hogar" con esa frialdad. Tal vez nunca tuvo ocasión de ver alguno de esos reportajes bien hechos, donde observas la gran diversidad de personalidades que hacen de las calles su casa. Pues lo mismo que los huéspedes de cualquier hotel, los hay mejores y peores. Los que se llevan las toallas o los que dejan un mensaje de agradecimiento por el trato recibido. Eso, pero en la calle, sin baño, sin cama, con frío o con calor.
Claro que no es el estado ideal para esta gente encontrarse en esta situación. Y, si algunos deciden que vivir así es óptimo, no será la mayoría la que respalde esta afirmación.
Es degradante mezclar a esta gente en un tema de suciedad, mientras cada vez son más los candidatos a ocupar un cartón en una esquina.
El problema no está en cómo se ensucian las calles, sino en cuál es el mejor método para limpiarlas. El infortunio de esta gente no se arregla con hacerles parte de un problema, cuando ellos ya tienen el suyo propio.
A lo mejor, cuando se celebran esas bodas tan multitudinarias y de tanto abolengo, también se ensucia. Y, ya de paso, si la boda fuese un poco más íntima y con el dinero ahorrado la conciencia nos dictase hacer un donativo para emergencias sociales...Yo qué sé.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Y Labordeta cogió su mochila...

Y hoy se fue. Metió su alma en la mochila, que permanecía a la espera de ser cerrada hace varios meses. Inició su viaje hacia el país de lo etéreo. Seguro que allí también habrá espíritus anclados en ideas obsoletas, contra las que él tanto luchó en el nuestro. Tal vez existan otros entes que pretendan realizar trasvases de ríos de estrellas, y se encuentren con su oposición, tal y como la demostró en el arlamento de Aragón tantas y tantas veces a propósito del río Ebro. Posiblemente, le contraten como profesor de almas, oficio que desempeñó con humanos, y tendrá alumnos tan puntillosos como Jiménez Losantos... Y, si le eligen para representar los derechos de los espíritus comprometidos con la libertad y la sensibilidad hacia los demás, aceptará. Ocupará su escaño en el parlamento del Juicio Final y ... mandará a la mierda a los que pretendan castigar sin motivo a los diferentes o a los que luchan por un mundo mejor. Luego, se preguntará si esa frase fue grabada en su epitafio como él mismo dijo durante su odisea como político en su Parlamento. El viajero comenzó una nueva ruta, el político un complicado reto, el profesor prepara una interesante clase universal, el cantante se decide a grabar un disco con toques angelicales, y el poeta... escribirá oraciones que hablen de libertad. Gracias, Labordeta.

jueves, 16 de septiembre de 2010

A partir de hoy...

A partir de hoy, tengo un nuevo contacto en mi correo. Claro que lo de contacto suena un poco frío. Porque Sonia es más que alguien al que añades a tu lista de direcciones. Ella es una buena amiga.
La verdad, es que cuando tuve mi primer intercambio de palabras con ella en la oficina del A.P.A., no pensé que podría llegar a construír una relación tan positiva con su persona.
No obstante, para los que no conocéis a Sonia, yo voy a tratar de pintarla con tres o cuatro frases. Primero, una breve descripción física: Como diría mi abuela, es del tipo de mujer "pequeniña e xeitosiña"; luce una melena pelirroja que sabe cuidar con esmero y peinar cual una peluquera profesional; se viste con buen gusto y seguro que sin pasarse con la cartera, y se maquilla de manera muy favorecedora. La acompaña un tono de voz suave y meloso,y, por lo menos a mi parecer, su sonrisa es muy peculiar.
Pero lo que yo quiero resaltar realmente de esta mujer, es su empuje y su implicación con los demás. Por lo menos en lo que a mi se refiere. Y pienso que otros casos también. Recuerdo que fue la primera persona en enterarse de mi situación matrimonial, ya que por entonces, nadie sospechaba de una separación que existía hacía mucho tiempo. Pero ella, siempre tan observadora, me preguntó directamente. Creo que en ese momento empecé a conocer a una Sonia más tierna y encantadora de lo que yo jamás hubiese imaginado.
Por tanto, voy a aprovechar este espacio en la red, para decirle que si ella está, me encontrará, y, si no nos divisamos, no importa, porque seguiremos ahí. Seguro.
No quiero despedir esta entrada, sin hacer mención a su marido, a Jose, que es la otra pieza que equilibra el támdem. Os quiero, chicos.

martes, 14 de septiembre de 2010

Despedindo o verán...

¡Que pouquiño falta para que remate o verán! Pero é o ciclo do tempo e hai que disfrutalo, que non sufrilo. Xa que a temperatura acompaña, acordei ir a praia. Pero, esta vez, o meu destino foi a Praia da Punta, que eu sempre identifico coma a Praia da Guía.
Houbo un tempo na miña vida, no que acudía a ese lugar a cotío. Pero, como é lóxico, vas cambiando hábitos, e, agora,a máis visitada nos meus veráns é a de Samil.
Aínda así, hoxe sentín que a pequena praia da Guía, segue tendo un encanto especial. Non se pode facer o mesmo exercicio mentras camiñas pola súa beira coma na outra, pero como me traslado ata alí andando, xa compenso. Tamén atopei alí nenos, nenas, papás e mamás do cole. E na volta para a casa, concidín con un par de mulleres das que fai moito tempo non sabía nada.
A marea estaba baixa, e iso permitía que as persoas que nos atopábamos alí, tivesemos espazo dabondo. A auga estaba a unha temperatura ideal. E, coma sempre, os nenos corren pouco perigo o bañarse alí, pois apenas hai oleaxe, e cubre moi pouquiño. Ademáis ten bandeira azul, e se te cansas de estar na area, podes subir para o cespede.
Xa pouco ten que ver con aquela praiña máis pequena que eu aínda lembro, cerrada por un muro que pertencía a Etea, e desde onde albiscabas as mulleres ou familiares dos oficiais da Mariña disfrutar dun areal demasiado grande para tan poucas persoas. Pero está moi ben de vez en cando voltar as sensacions do pasado. E, a pesar de que xa é un espazo renova-
do , non deixa de ser un areal de barrio. Onde os nenos disfrutan cando pasa un barco grande para os asteleiros, que trae consigo unha pequena oleaxe.
Quizais non volva a visitar esta praia durante un verán enteiro, porque me tenta moito máis visitar Samil, pero tal vez mañá repita, porque alí sinto que vou facer unha curta visita a unha vella amiga. A esas que so visitas de cando en vez, pero as que segues querendo.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Manual para subir montañas ... de María

No, no es que me haya inventado un manual para subir montañas mejor que el de mi querido y apreciado escritor Paulo Coelho. Pero, basándome en el suyo, he confeccionado uno a mi imagen y semejanza, haciendo uso de mi experiencia en la vida y mis mini-mínimos conocimientos en la montaña. Ahí voy:

Yo he tenido la gran suerte que otro con más sabiduría escogiese la montaña por mi. La de verdad. Pero en la vida, he tratado de ser yo la que decidiese el pico. Me he equivocado muchas veces. Pero he tenido el valor de volver a intentar una nueva subida. Y, a veces, he llegado con éxito. Otras, o me he dado la vuelta o...

También en el segundo punto he tenido ayuda inestimable para llegar hasta el punto justo donde iniciar la subida. En la montaña de la Tierra, claro. Pero en la de la existencia, me ha pasado que me he perdido cantidad de veces. Porque soy despistada... No. Porque no he sabido encontrar el camino correcto. A lo mejor porque no me he parado a pensar antes, o, porque había un trazado tan tentador que me ha llevado a un lugar equivocado. Pero, en fin, siempre he conseguido retroceder para analizar otra vía.

Ya estamos en el punto C. Pues aquí, sí. Aquí sí que he hecho lo correcto. Porque en el ascenso físico ya es sabido que me he dejado guiar muy bien. Y en el otro, procuro escuchar. Desde luego, no sigo todos los consejos que recibo, pero, los valoro, y, si me convencen, los pongo en práctica. Casi siempre. En ocasiones, me olvido, pero...

Los peligros que entraña la montaña verdadera, no me asustan tanto porque me siento apoyada y protegida. Pero, en la vida, hacen que la olla a presión en que se ha convertido mi cerebro, gire y gire sin parar. Sopesando lo bueno y lo malo, contínuamente y sin pausa. Preocupándome, tal vez.Creo que en este apartado me extralimito bastante, y la mayoría de las veces, sobran las valoraciones.

Claro que me paro en el ascenso para contemplar el paisaje. Y, también para limpiarme el sudor. Pero, observar lo que vas dejando atrás, en este caso, abajo, no tiene precio. En el transcurrir del tiempo, miro atrás muy a menudo. Casi siempre para valorar los cambios positivos que se van produciendo en mi vida. Y, en ocasiones, para arrepentirme de decisiones no tomadas. Aunque procuro evitar hacer esto último, y, practicar más lo primero.

Llegamos al punto que nos habla de cuidar nuestro cuerpo físico. He de confesar que no sé si cuido mi cuerpo ni en el ascenso real ni en la vida misma. Lo he maltratado bastante. Le exijo al máximo, y, no me acuerdo de mimarlo durante la subida. Ya me voy mentalizando. Ya me voy mentalizando....

A ver, no dudo de que en ocasiones me excedo dándome ánimos y me repito constantemente que lo voy a conseguir. Seguro que en la cumbre real, no es tan malo. A mí me ha ayudado. Claro, que lo veía posible. En el caso contrario, muy a mi pesar, hubiese pedido la vuelta. En mi transcurrir por este mundo, siempre acudo al optimismo como arma para seguir adelante. Es posible que en ocasiones me deje seducir demasiado por él, pero antes de que me invada el pesimismo, arriba la esperanza y la ilusión. Eso sí, en su justa medida.

Cuando creo que ya está ahí, pero el ultimo kilómetro se resiste, procuro no darme por vencida. Eso en todos los campos. En el real y en el metafórico. Porque si piensas que está ahí y ansías conseguirlo, no puedes desfallecer ante la meta. O sí... Depende de las fuerzas y las circunstancias, ¿no?

Obviamente que me alegro a la llegada. Claro que sí. A lo mejor la emoción no me deja gritar o aplaudir. A lo mejor me caen lágrimas. Cosa muy propia en mí. Pero, como si hiciese todo eso. Vamos que en lo alto de cualquier monte o en la realización de cualquier sueño, mío o de otra persona en el que yo haya participado, puedo llorar, reír, saltar bailar, hacer palmas o demás tonterías que se le ocurran al lector.

Por supuesto que cuando consigo un reto intento viajar hacia otro sin prisa pero sin pausa. No me gusta pararme. Aunque, a veces, es necesario. No obstante, el paso de los años, es una carrera de obstáculos. Así que, retos los tenemos todos los días.

Contar la historia cuando sabes que puedes ayudar a otros es fundamental. Y, os cuento a todos que si yo he sido capaz de subir a ese monte, que asusta mucho verlo de cerca, con bastante respetabilidad, podéis hacerlo todos. O, casi todos. En cuanto a la subsistencia en esta sociedad que nos toca sufrir o disfrutar, según se mire, lo mismo. Puedes limitarte a subsistir espiritualmente o puedes intentar vivir con los cinco sentidos y responsabilidad. Ánimo que podemos conseguirlo. O, por lo menos, podemos intentarlo mucho, mucho, muchísimo...

sábado, 11 de septiembre de 2010

Un reto: O cumio do Galiñeiro

Hoxe síntome chea de ledicia. A verdade é que estou cansa dabondo e por este motivo ía deixar para mañá esta entrada. Mais, non é lícito que o faga, porque penso que a persoa que me axudou a levar a cabo este reto, que non é outra que o mesmo que o fixo co Pianista, non se merece que se dilate. Porque vai adicada a Carlos. Él, que é moi modesto, sempre dí que non é para tanto, nin é tan experto. Pero, asegúrovos que se non fose pola súa boa actitude, non tería chegado nin a saia do monte en cuestión. Ben é certo, que o ascenso o cumio, realiceino co meu propio esforzo, pero... ¿E os consellos de onde é mellor pisar para correr menos perigo?, ¿e as continuas palabras de ánimo?, ¿e esa man que tivo que prestarme un par de veces para salvar unha subida ou baixada comprometida?... Tampouco vou esquecer que se eu quedase soíña nese monte, estou segura que nesta hora aínda estaría tratando de atopar o camiño a seguir, por moi ben marcadiño que o teñan. Cousas do meu despiste permanente...
Non podo pintar con palabras a emoción que sentín cando comprobei que me atopaba na pedra máis alta. Ata asomaron bágoas os meus ollos. E, para rematar o espectáculo, dúas bolboretas pasearónse polo aire que nos rodeaba dando voltas arredor. O animal que máis me agrada. Éstas eran das máis grandes e coloreadas.
Houbo foto, mais non sei se me decidirei a colgar a miña imaxe na rede. Xa verei.
A comida, no merendeiro do monte, a sombra das árbores e amenizada polo canto dos paxariños, foi sensacional. Pensas que o mellor restaurante non che proporcionaria esa paz, nin ese espectáculo natural.
Se a paisaxe desde o Pianista semellaba estar aberta a calquera cambio que os que estabamos alí enriba acordásemos facer cun só dedo, imaxinádevos desde os setecentos e pico m. de altura que ten este outro. Máis arroupados polas nubes, máis libres, máis poderosos , máis cerquiña dos anxiños aínda que penso que ningún dos dous ten demasiada fe católica. Nin de ningunha outra pola miña parte, máis ca do meu propio Deus, que ten a cara de Morgan Freeman, e sempre está a botarme a man non acontecer da miña vida.
Aínda me agardaba unha sorpresa despois da baixada absoluta. E foi a visita inesperada, a lo menos pola miña parte, que fixemos o Muíño de Maquías. Nunca vira un muíno con esas características. Pois ten un piso enriba, patas como as dos canastros, e unha banquetiña de pedra nos soportais que quedan entre as patas e a parede da construcción. Fabuloso.
E, mentres bebía un auga fresquiña naquela terraza de herba con vistas o río, decidín que os praceres da vida en moi poucas ocasións pasan por ter diñeiro dabondo, nin ostentar cargos ou relacions das chamadas guays... Senón que chega con atoparse coas persoas adecuadas nos momentos precisos. Gracias, Carlos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Música y vida

Si hay algo que esté ligado a la vida de un ser humano desde, prácticamente, su concepción, es la música. Dicen que, en el vientre materno, ya manifestamos cierto bienestar cuando nos llegan notas desde el exterior. Y, de una u otra manera, tras el parto, nos veremos envueltos por alguna nana o melodía. Los que fuimos bautizados por el rito católico, seguro que disfrutamos de la voz, con o sin acompañamiento, más o menos afinada, del sacerdote de turno. Nuestro ingreso en el colegio, va a acompañado de canciones, más o menos bonitas, más o menos inteligentes, para hacernos recordar o para divertirnos y distraernos.
La música nos acompaña cuando viajamos, cuando vamos de compras, cuando soñamos... Pero también nos deleita en el ocio. ¿Qué sería de una buena película sin ningún tipo de banda sonora?, ¿Y, un documental donde el tono de mayor o menor atención no viniese marcado por ritmos cambiantes?. Pero, ¿cúantas historias de amor se forjaron a la sombra de nuestra canción preferida en una discoteca, en un bar o en cualquier otro lugar?
Consigue que la espera para un dentista o cualquier otro médico sea más relajante. Lo mismo ocurre en un paseo a pie, donde llevar una música agradable para el usuario, puede hacerle avanzar más a gusto en su camino.
Los orientales consiguen con sus mantras un estado de bienestar que a veces es comparable a un analgésico(os garantizo que funciona). Y, estoy segura de que los albañiles, los carpinteros, los carniceros, etc., cuando mueven sus herramientas, lo hacen a un ritmo que guste a sus oídos para que su trabajo sea más llevadero.
Casi siempre en las despedidas está presente la música. En todas las religiones se hace uso de ella en sus diferentes formatos. Y, si la despedida no es religiosa, en algún momento sonarán notas , aunque sean notas de dolor de un llanto desgarrador.
No obstante, el paralelismo de la música y la vida, son patentes en un territorio como el africano. Donde cada día muchas personas se mueren de hambre, donde muchas otras emigran hacia nuestras tierras más ricas y corrompidas. Pero donde la música está presente en cada rito, en cada acción de sus vidas. Dejemos que la música nos envuelva y nos haga ser más felices, más solidarios, más cautos, más impetuosos, más locos y más responsables según el momento de nuestra vida.
Vamos a probar. Hagamos un silencio... Yo he escuchado la lluvia, el sonido acompasado de las teclas de mi ordenador, el ritmo suave de mi respiración, adornado por el tic-tac del reloj... ¡Qué gran orquesta!... ¿Y tú?...

lunes, 6 de septiembre de 2010

A enfermidade do esquecemento

Hoxe lembreime dela. ¡Que paradoxa! Recordar a terrible enfermidade que borra a información do cerebro. ¡Coma se se poidese esquecer un desta terrible lacra!
No telexornal, facían mención a Pascual Maragall, unha víctima máis dela. Parece ser que este home esqueceu tres nomes de cousas moi comúns, e que cada día toma notas do acontecido para lembrar.
Na miña familia convivimos con esta enfermidade. Se me traslado os meus anos infantís, vexo a miña avoa materna tratando de convidar a chocolate a Rá Gustavo, do Barrio Sésamo. Para ela, a televisión era unha ventá, e, o moneco, un neno. É irremediable non rir ante algunha das actuacions destes enfermos. Mais recentemente, tamén a miña nai padeceu este mal. Para ela, eu podía ser súa sogra, a súa neta, ou unha veciña en poucos minutos. Pero, penso que calquera parentesco que me unise a ela nese momento, non podía borrar o amor de nai. Porque seguro que desaparecen os recordos, falla o entendemento e redúcese a mobilidade, mais os sentimentos fortes, eses que están ben ancorados no espíritu e no corazón, non desaparecen. Tal vez quedan disfrazados baixo unha mirada, un roce da man, ou unha palabra que non da saído... Pero, axudan a manter ata o fin a mínima dignidade de persoa. Así que, deixemos que, mentras podemos transmitir o amor con forza, estoupe no aire e salpique a todos aqueles e aquelas os que deba chegar... E debería chegar a todos nas súas distintas versións.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Os movementos da Terra ...e do Ser

Todos coñecemos os movementos que realiza o noso Planeta. Xira arredor do Sol, como gran Señor, que o é do noso Universo. Mais, aínda así, non deixa de dar voltas sobre ela mesma. Reflexionando sobre este asunto, eu cheguei a conclusión de que os seres humanos deberíamos realizar similares desplazamentos, cara os outros e para nós. De feito, eu creo que esa é unha das actitudes coas que nacemos. Porque somos parte dunha sociedade. Por iso, debemos realizar unha traslación contínua arredor dos demáis. Non para servilos, senón para axudalos, apoialos, escoitalos, animalos... Os outros non son tan poderosos coma o Sol, pero precisan de nós, da mesma maneira que nós precisamos deles. E, nese movemento amplo, tamén hai lugar para a diversión, o disfrute, a ledicia...
No obstante, se mentras nos desplazamos, esquecemos xirar sobre nós mesmos, a volta será incompleta. Porque cando descuidamos as nosas propias necesidades para satisfaccer as dos outros, cando nos mimetizamos nos problemas dos demáis e deixamos de visualizar os nosos, cando olvidamos ser parte para ser todo, non estamos capacitados para vivir a pleno rendemento.
A que escribe, adoptou nun momento da súa vida, a actitude de adicarse máis o entorno que a sí mesma. Pero, ser imprescindible para os demáis, fai que en multitude de ocasions, te esquezas de que non podes respirar polos pulmóns de outra persoa, nin rir co corazón doutro, nin sufrír o dolor dun corpo alleo. Así, que cando comecei a xirar a esquerda, ou a dereita, ou a esquerda outra vez... Descubrín que é moito máis doado facer unha roda ampla, moitísimo máis ampla e mellor debuxada. Non é difícil, tan só hai que tentalo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

En el Faro

No sería justo que la entrada anterior eclipsase la continuación de la ruta que tenía como meta el Parque Forestal de El Faro de Budiño. Porque allí fue donde nos dio la hora de reponer fuerzas. Y, después de soportar el calor reinante, el espectáculo de aquellas mesas de piedra, situadas estratégicamente bajo la sombra de los árboles, abrirían el apetito de cualquier caminante medianamente hambriento.
No obstante, conforme pasaban las horas, el sofoco se ensañaba más con los que allí estábamos, y, entonces, mi amigo Carlos, tuvo una genial idea...
He de confesar que yo no hubiese adivinado que,con un simple grifo, te puedes dar una maravillosa ducha(aunque sea vestida). Pues sí, un oportuno y fresquísimo remojón para envidia de un par de personas que se encontraban allí y que creo no tuvieron el valor de seguir nuestro ejemplo. El caso es que con girar un poco el grifo y tapándolo con un dedo a modo de aspersor, nos permitió que primero uno, y posteriormente el otro, nos empapásemos para alegŕia de nuestros cuerpos. Y, por qué no, de nuestros espíritus, que seguro también estaban a punto de abandonarnos por un rato ante los elevados grados reinantes.
Está claro que, cuando subes a la montaña con un montañero experimentado, aprendes a utilizar los recursos a tu alcance para hacer más grato cualquier reto. Aunque hayas decidido llevarlo a cabo el día más inapropiado en lo referente a la temperatura...
Pero, hasta San Roque se alegraría de tener esa lluvia procedente de un grifo para aliviar su tortura. O ... a lo mejor no. ¿Eso va en contra de ser mártir?