miércoles, 25 de agosto de 2010

Carpe diem

Durante mis años de estudiante de letras en el instituto, conocí esta locución latina. Me gusta su sonido al pronunciarla. Me tienta la sincronía de las dos palabras que la componen, pero me impresiona su significado. Porque, "vive el momento", encierra tantas sensaciones distintas en tan breve espacio de tiempo, que, no me siento suficientemente fuerte para ponerla en práctica en cada uno de los instantes que componen mi vida.
Es verdad que cuando cumples años y ya llevas la mochila cargada con todo tipo de experiencias, sabes que tu espalda y tu equipaje se deterioraran si sigues acarreando con tanto ahínco. No es menos cierto, que el paso del tiempo te demuestra que las cosas buenas hay que saborearlas como si nunca más se fueran a repetir, y, siempre esperando a que vuelvan a suceder. Así un día, y otro día ...Pero, yo no consigo poner el carpe diem en mi vida más de unos minutos por hora o de unas pocas horas por día, o de unos pocos días por año...
Esta conducta se debe a que he aprendido a ser responsable, a tenerlo todo bajo control, a preocuparme por lo que no sucede y a ocuparme de lo que aún no ha empezado.
Creo que he de actualizar mi vida con más "carpe diem" para saborear el camino de la felicidad. Pero también sé que aquella persona que se dedique a vivir en un carpe diem consecutivo, se olvidará de saborear lo realmente bueno, porque todo le parecerá medianamente bueno.
Estoy segura de que yo debo saborear más el momento. Pero también lo estoy de que cuando la luna de mi vida esté en su punto más álgido, yo seré consciente de que he participado para que nunca se aminorara su luz. Si lees esto... Tú decides.

No hay comentarios:

Publicar un comentario