miércoles, 26 de mayo de 2010

Mis jóvenes mañaneros

Son muy pequeños, algo más grandes, o un poco mayorcitos. Pero todos y cada uno de ellos son maravillosos. Me refiero a mis jóvenes mañaneros. A partir de las siete y media de la mañana, van llegando progresivamente. Unos madrugan más y otros llegan un poquito más tarde. Alguna trae su desayuno. Todos ellos son experimentados cantantes, buenísimos cocineros, estupendos pintores, maravillos escultores de plastilina, buenísimos jugadores virtuales que derrotan al Mario sin grandes problemas... Seres inocentes y, a veces, encantadores diablillos.
Hoy elaboro mis palabras para ellos, y, con estas letras con las que muchas veces realizamos juegos, les agradezco que transformen algunas mañanas, que no prometen demasiado, en minutos y horas de acción y sorpresas. Van creciendo y se van transformando, pero su esencia sigue ahí, su saber infantil nos demuestra que su lógica, en innumerables ocasiones, supera con creces el producto de nuestro irreverente cerebro.
Hasta mañana mis geniales habitantes de Marilandia.

1 comentario:

  1. Leyendo este blog reflexiono mucho sobre la vida.

    Ojalá sigas escribiendo así.

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