martes, 1 de diciembre de 2009

privaciones

Mientras desayunaba a las siete de la mañana, leía en los subtítulos del telediario la noticia del día :"tres cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania". Esto me hizo sentir mal, porque yo siempre pienso que cooperar voluntariamente con una O.N.G., allí donde quiera que sea y en países donde falta la comida pero abunda la violencia, escasea la sanidad pero abundan las pandemias, y, en los que sobran los problemas aunque todavía hay sonrisas, es muy loable. Privar a las personas de su libertad es tremendo siempre. Lo es más cuando ellos tratan de arredrar a otros de sus propias privaciones de comida, medicamentos o vida digna. No obstante, la vida es un conjunto de restricciones. Te prohíben comer ciertas cosas porque perjudican a tu salud. Entonces tu salud te está privando de poder realizar tareas o acciones con sus consecuencias. Las privaciones nacen en el mismo momento que nosotros vemos la primera luz. Porque ya entonces no nos dejan saborear durante más tiempo el confortable asilo del vientre materno. Y somos los habitantes de los países ricos, los que nos quejamos de algo casi cada segundo, los que privamos de saborear nuestras propias restricciones a los habitantes menos desfavorecidos del mundo, a los menos afortunados de nuestro propio entorno. Yo tengo problemas, yo tengo deseos no satisfechos, pero hice de una frase de Tagore mi himno:"Si lloras por no poder ver el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas". Espero que todos los secuestrados del mundo, puedan, muy pronto, observar las estrellas... y el sol.

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