domingo, 24 de enero de 2010

Escuchar y oír

Ha pasado un tiempo desde el último día que vertí pensamientos transformados en palabras en este blog. En ese intervalo largo o, tal vez, corto, han ocurrido un buen número de cosas. La verdad es que todos los días suceden un montón de cosas.Muchos sufren, otros se mueren, algunos mejoran su vida. Los hay que consiguen llegar a su meta... Pero cuando el hecho tiene que ver con una catástrofe natural que arrasa un lugar lleno de miseria, aunque por nuestros oídos entrasen en ocasiones repetidas las informaciones que nos recordaban la miseria de ese territorio, igual que de tantos, nos toca la fibra sensible escuchar lamentos, preguntas, comentarios sobre el derrumbe de los mejores edificios de la ciudad en cuestión... ¡Qué bien que los escuchamos y nos movilizamos en seguida! ¡Qué emoción produce ver a toda clase de gente, mejor de personas, preocupadas por colaborar! Tendremos que seguir convirtiendo lo oído en escuchado en el caso de esos países perdidos de África, o de Asia, o de América Latina, o de esa persona que se debilita a causa del hambre, el frío o la enfermedad.Con una pequeña acción, o un pequeño donativo por la vía adecuada al mes, o al trimeste, o al año... Dejaremos de oír tantos rumores de lamentos, y empezaremos a escuchar más risas y alabanzas a la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario